La vida es caprichosa y a veces nos acontecen circunstancias que evidentemente no hemos pedido, pero que trastocan todo nuestro mundo, y es posible que nos cueste un tiempo poder rehacernos, poder resurgir y seguir con la vida, Rosi nos ha contado su historia, perder a su bebé fue una experiencia muy dolorosa que cambió su vida por completo.
El gran agradecimiento por la enfermera que sostuvo al bebé en brazos hasta su último momento hizo que su vida diera un giro absoluto y decidió estudiar enfermería para poder ayudar y acompañar en el proceso de la muerte a pacientes y familiares.
Rosi trabaja como enfermera en el Hospital de Camilos del Consorcio Sanitario del Garraf y Alto Penedés, además colabora desde hace años con la asociación “El hueco de mi vientre” para que ningún padre o madre se sientan solos ante la pérdida de un bebé y con YOIRE-ONGD, con la que ha viajado como voluntaria recientemente a Mozambique.