En el programa «El contador de historias» de Onda 92 Radio, el divulgador Fernando Abad ha sorprendido a los oyentes con un fascinante recorrido por el origen de expresiones que utilizamos a diario. Durante la emisión, Abad ha desvelado cómo la picaresca española, las antiguas tradiciones y hasta la anatomía animal han dado forma a nuestro lenguaje.
Gatos y monederos: El origen de la desconfianza
Uno de los momentos más reveladores del programa fue la explicación de frases relacionadas con los felinos. Según Abad, en el Siglo de Oro, los monederos se fabricaban con piel de gato por su resistencia para guardar monedas.
- «Aquí hay gato encerrado»: Esta frase nació cuando los ladrones detectaban el bulto del monedero (hecho de gato) escondido entre las ropas de una persona, indicando que allí había dinero oculto.
- «Duro de pelar»: Al ser animales ágiles y fibrosos, los gatos eran extremadamente difíciles de desollar para los artesanos, de ahí que algo difícil sea «duro de pelar».
- «Dar gato por liebre»: En las antiguas posadas, ante la escasez de caza real, se servía carne de gato aprovechando su similitud física con la liebre una vez cocinada.
Picaresca en la mesa y dulces con historia
El programa también exploró el ámbito gastronómico de las antiguas ventas y confiterías:
- «Se descubrió el pastel»: Los clientes de las confiterías solían levantar la tapa de los grandes pasteles de carne con un cuchillo para comprobar si realmente contenían caza o si les estaban engañando con verduras.
- «Miel sobre hojuelas»: Para mejorar el sabor de unas láminas de masa muy finas llamadas hojuelas, los confiteros añadían miel, convirtiendo algo sencillo en algo excelente.
- «Brazo de gitano»: El nombre proviene de los rollos de bizcocho que los confiteros regalaban a los gitanos (quienes fabricaban sus ollas de metal) aprovechando las sobras de dulce.
Tradiciones navideñas y el amor
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, Abad recordó que la tradición de las doce uvas surgió a principios del siglo XX como una brillante estrategia comercial ante un excedente de producción. Además, explicó que la «luna de miel» tiene un origen literal: antiguamente, las suegras dejaban un tarro de miel en la puerta de los recién casados durante 28 días (un ciclo lunar) para asegurar que el novio tuviera energía suficiente.
«El contador de historias» se despide por este año, dejando a la audiencia con el reto de seguir investigando las raíces de nuestra cultura popular hasta su regreso en enero.
*Este artículo y la imagen principal han sido generados con la asistencia de una herramienta de Inteligencia Artificial, utilizando la información proporcionada en el programa.


